lunes, 29 de noviembre de 2010

Un buen día


Hay días que amanecen como todos los demás, sin embargo, por alguna razón termian siendo de esos días en los que dices: ¡ hoy ha sido un buen día¡.
No sé, puede que algunas veces no necesite ocurrir nada especialmente importante, ni siquiera algo relevante en tu vida, basta con que se den una serie de circunstancias para darte un toque entusiasta y sentir una efervescencia alegre y vital, de esas que te hacen decir: la vida es estupenda¡¡¡¡
Es curioso que hoy haga un punto de inflexión sobre esta cuestión porque, en realidad, tengo más motivos para sentirme inquieta por todo aquello que circunda en mi vida que para vivir con sosiego.
Anhelo que mañana, un día que seguramente amanecerá y viviré minuto a minuto, sea un día de oportunidades, de soluciones, de esperanzas aunque me toque luchar y trabajar con ahínco, en definitiva, que prevalezca mi voluntad para construir bloque a bloque mi vida con dignidad.
Agradezco vivir, agradezco la salud que me acompaña, agradezco el cariño que me inunda de mi gente...y ojalá todo este agradecimiento revierta en ese deseo ferviente que tengo de ofrecer todos mis talentos al mundo, porque de otro modo no consigo interpretar mi papel en el guión establecido de la vida.
Y si como creo, Dios sabe lo que ha de hacer conmigo hoy, mañana y siempre, en Él confío para que de luz a este tunel sin fin en el que siento que vivo ultimamente, porque aunque me entusiasma vivir el momento, el Carpe diem tan recurrente que invita a ver el día a día con sus buenos momentos, también quiero construir un mañana más sereno y pleno donde me conforme con lo que tengo y no necesite más.
Espero qúe tú, tengas un buen día y que digas...¡ la vida es estupenda¡.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Soy una mujer de hoy


No es algo habitual que ponga mi foto para ilustrar uno de mis articulos, la verdad es que no lo he considerado nunca necesario para asomar con mis pensamientos en este espacio. Pero esta vez he decidido hacerlo para dar un toque más personal a mis reflexiones, siempre desde esa perspectiva en la que me coloco como observadora de lo cotidiano y de la vida en sí misma.
He titulado estas lineas, como habeis podido leer arriba, " soy una mujer de hoy". Lo he hecho con pleno conocimiento de causa porque si algo siento de verdad es la tremenda fuerza con la que tengo que vivir mi tiempo en esta sociedad nuestra.
Hoy ser mujer, no es quizá ni más fácil ni más difícil que en tiempos de nuestras abuelas y bisabuelas, sencillamente nos toca vivir de un modo diferente. Afrontamos la vida, eso sí, desde nuestra necesidad y derecho de ser nosotras mismas con nuestro talento y nuestras profesiones, algo que nos viene asociado con la maternidad cuando decidimos tener hijos.
A mi, ser mujer, me gusta. A veces nos quejamos por tener que depilarnos, por la menstruación, por la menopausia, por ese empeño nuestro por estar siempre divinas, sin celulitis, ni canas, manteniendo a raya las arrugas con nuestras cremas...pero aún así, ser mujer me enorgullece porque es mucho lo que han tenido que recorrer las mujeres ( nuestras antecesoras) para que nosotros, hoy, vivamos nuestra femeneidad con dignidad y respeto.
No me suelen gustar esos debates de guerras de sexos, generalmente suele caerse en los típicos roles e incluso en ironías absurdas. Una mujer no tiene porqué decir lo qué vale, día a día lo demuestra sin menoscabo del sexo opuesto, y el que no lo ve es porque " el pobrecillo" no ha evolucionado y no deja de ser digno de lástima.
Pero al margen de esto, que daría para muchas lineas, sí que quiero hacer hincapie en esas revistas de mujeres tipo Cosmopolitan, Mia, Clara, AR y similares.
Esas revistas, su santo y seña es " la mujer de hoy". Movida un poco por ese reclamo, este mes decidí comprar un ejemplar de la revista Cosmopolitan. No sé, pensé que traería articulos interesantes sobre algún tema de actualidad, no expresamente de mujeres, sino en un sentido más amplio. Para mi sorpresa, me pasé más de media revista viendo anuncios de perfumes, de maquillajes y demás sin encontrar nada interesante que leer. Cuando por fin creo que todo ese escaparate queda atrás, me encuentro con unos titulares del tipo " Como sacar partido a tus pestañas", "+ Guapa en otoño", " Abrigate de la forma mas chic"o " sesión de mimos", para decirme qué rimel tengo que comprar de la marca X al precio tal en la tienda cual de Barcelona, que ropa de marca, por supuesto, me tengo que poner para dar realce a mi figura, qué abrigos se llevan, y lo más gracioso, a qué lugares de belleza me tengo que ir para que me den un masajito y una buena limpieza de cutis, a mí, a una mujer que vive en Valladolid, que está sudando para sacar una tienda adelante en tiempos de crisis, con dos hijos adolescentes de los que ocuparse ¡¡¡ con lo que necesitan¡¡¡, como para irme a Barcelona a comprar un abrigo a cojón de mico o darme un masaje en un spa o una limpieza de cutis en el salón de belleza de la señorita Pepis...¡ no te fastidia¡¡¡.
Pero sigo leyendo, y aún me indigno mucho más. Resulta que tengo unas uñas desastrosas, por tanto lo mejor de lo mejor es que me haga una buena manicura y me ponga una laca de uñas ojos intenso porque está ¡¡¡ super de moda¡¡¡, luego como soy una chica Single ( o sea sin pareja y tan a gusto), pues resulta que me dan ideas para convertir mi dormitorio en una habitación de hotel, ¡ Habrasé visto semejante tontería¡¡¡ y para qué me hace falta a mí eso????
Para más coña, me aconsejan que me centre en mi trabajo, pero luego páginas más adelante me aconsejan que si los problemas me superan, no mire atrás y que me lo tome todo con buen humor, digo yo que será para que no se me acentuen más las arrugas, aunque con 41 años la naturaleza creo que tendrá que seguir su curso.
En otra página, bajo el insinuante titular " Tu, tú + tú" te dan 10 formas rápidas, ni una más ni una menos, para estar estupenda. Aqui ya es de troncharse; 1 Ponte en " cueros" para sentirte una autentica Killer, que alguien me explique qué es una Killer ( una matahari tal vez???), 2 Regalate una manicura, 3 Revive tu bronceado ; 4 pelos fuera , 5 Subete a las alturas ( alé a ponerte los taconazos ),6 haz una terapia de Shopping ( o sea vete de compras y frie la visa), 7 Potencia tu mirada ( rimmel a kilos), 8 saca pecho ( o sea comprate sujetadores nuevos), 9 hazte un brushing ( no sé qué es esto pero vete a la peluqueria y allí te lo dicen y te lo hacen por otro módico precio), 10 dale al Gloss ( otra palabreja absurda para decirte que te pongas los morros como las prostitutas).
Pero sigo, que la cosa no queda aqui. En la misma linea consejera, a saber por qué expertas o expertos en la materia, te sugieren " como ganarte a cualquiera en 3 minutos". Aqui los consejos ya son del tipo, di esto, encorvate un poco mientras hablas, recogete el pelo en una coleta porque luce mejor tu sonrisa...y demás tonterías.
Pero lo mejor cuando ya se meten en el terreno de " parejas" "amor y " sexo". Aqui ya los test son la caña. Preguntas como " " Los chicos pueden eyacular y hacer pis al mismo tiempo?, " SE inventará una viagra para mujeres?", " ¿ Cuantas calorías tiene el semen?, ( lo mejor, la contestación; 36 por cucharada¡¡¡) y chicas y chicos, lo siento, no sigo porque las otras 96 preguntas, hasta completar 100 son tan absurdas que me provocan verguenza ajena.
Todo esto, naturalmente viene acompañado por infinidad de firmas comerciales que seguramente financian esta revista de mujeres " de hoy", como yo pero que al parecer, tienen un nivel económico muy superior al mío y por supuesto con unos cuerpos diez si nos fijamos en las supermodelos que promocionan las prendas, los perfumes, los masajes y demás milongas.
LLegado a este punto, me reafirmo; soy una mujer de hoy, como muchas de mis congeneres que se levantan a las siete u ocho de la mañana para acudir a sus trabajos, que hacen equilibrios con su presupuesto para llegar a fin de mes, que se compran la ropa cuando la necesitan y donde la encuentran a un precio asequible, que saben sacarse partido con maquillajes de marcas baratas y si me apuran de la marca que tiene el mercadona, que saben arreglarse el pelo ellas mismas e incluso se lo tiñen en casa unas amigas a otras, y que en lo que respecta a sus parejas, amores y sexo, se guian por su corazón que al fin y al cabo es lo auténtico y no magreos de un día de usar y tirar.
ESo es ser mujer, de hoy y de siempre, y lo siento por esta y otras revistas de mujeres pero conmigo, no os esforceis tanto a menos que me ofrezcais lecturas inteligentes sobre temas como la mujer saharaui, por ejemplo, tan de actualidad ultimamente por lo que ocurre en el Aaiun.
La mujer no solo es imagen, ni debe unicamente preocuparle lo " monísima que debe estar siempre". Mujeres como yo tenemos la necesidad de cultivar nuestro intelecto, porque no somos muñecas de exposición, somos personas capaces de pensar, de analizar y de opinar.
Ya que hemos evolucionado tanto y con tanto sacrificio...por Dios, que se note¡¡¡

Pilar Martinez ( Noviembre 2010)

El amor, ¿ Es así como tú lo sientes?


El amor...es tanto en tan poco espacio. Un rincón del alma basta para ser ocupado por ese todo que todo lo cambia; un sentimiento, o tal vez una sensación total que no deja un solo resquicio de nuestro ser, vacío, aislado o incapacitado. Eso es el amor, sin duda. Capaz de ver la belleza, la autentica, la del alma, despojada de los cánones estéticos, de la edad, del tiempo, del espacio...Todo eso ni siquiera existe, no se ven y si alguien te dice o te grita:¡ Pero es que no lo ves¡ si es feo o fea, si es viejo o vieja, si es pobre o poca cosa...Tú no haces caso porque no ves con esos ojos fríos e insensibles, miras con los ojos del corazón, aquellos que te permiten ver más allá de lo físico, de todos esos condicionantes que para otros importan.

El amor no son besos, ni caricias, ni ese contacto carnal que atrae hasta quemar, es eso pero unido a mucho más, a un más allá. Es mirar en lo profundo de unos ojos y verse reflejado con un aura de adoración, de admiración, pero sobre todo, con la acogida de tu ser en el ser del otro allí donde reside ese espacio infinito que siempre te ha esperado a ti y no a otro, porque en ese espacio, solo tu cabes y encajas. Y en esa cálida acogida de la mirada profunda es donde se siente la poderosa fuerza del amor, que no tiene nada que ver con el modo en que muchas personas dicen quererse. Cuando se mira al otro hay que verle como es, sin querer ver lo que buscamos o lo que somos nosotros. El amor no pone listones, somos nosotros quienes los ponemos condicionados por aquello de lo que carecemos.

Amarse, es complementarse con el otro, es cierto, pero no convenirse porque en el momento que le ponemos al amor el acento en lo conveniente, sólo lo envolvemos ocultando tras el envoltorio el regalo que nos ha de colmar de ilusión.

Conozco matrimonios a mi alrededor que viven solo con ese envoltorio. No ves en sus gestos ni en sus rostros esa luz que nace de dentro cuando se está enamorado. Otras parejas en cambio, te trasmiten su amor con tal fuerza que te hace anhelar lo que ellos tienen, y aunque la envidia te inunde en esos momentos, también te hace mantener la esperanza de que, en realidad, el amor verdadero existe; solo hay que saber esperar, pero sobre todo, hallarlo allí dónde se encuentre aunque te lleve años y años encontrarlo.

El amor está en muchas cosas, en TODO. Aquel que afirme que no necesita el amor, se engaña, no solo lo necesita, es imprescindible para dar sentido a la vida, de otro modo, es morir lentamente sin dejar huella.

Y tú...¿ Es así como lo sientes?


Pilar Martinez ( Noviembre 2010)

martes, 2 de noviembre de 2010

Por una sonrisa

( Publicado en Revista Iglesia en Almodovar Nº 238 )

Becquer, en una de sus rimas decía: “ Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo, por un beso...¡ Yo no sé que te diera, por un beso¡.

He querido recordar esta rima a propósito. Sé que a Bécquer le inspiró esta rima ese profundo amor que le manaba del corazón y que por otra parte tanto anhelaba dar a alguien, de tal manera que todo lo elevaba a una infinitud tan inabarcable como inagotable. A mí, sin embargo, esta rima me inspira algo más. Me sugestiona poéticamente sobre algo que está en cada uno de nosotros; la sutil belleza de una sonrisa.

Me ocurría unas horas antes de escribir estas líneas, una situación de esas que suelen ocurrir más de una vez pero que por alguna razón, hay momentos en los que te resulta simpática o digna de mención. En un banco de la iglesia de mi barrio durante una misa, junto a sus padres, estaba sentada una niña de unos tres años. Balanceaba sus piernecitas que no le llegaban al suelo, jugueteando con esa inercia que se produce cuando hay un espacio amplio para dar rienda al movimiento. La niña tenía un aspecto infantil de esos que te llaman la atención. Dos coletas respingonas de pelo negro azabache y unos ojos igualmente negros y grandes, se diría que inocentes pero al tiempo muy curiosos e inquietos. De pronto, como si hubiera intuido que la estaba observando, dejó de balancear sus piernas, giró su cuerpecillo y me miró fijamente. Al instante siguiente, me dedicó una sonrisa amplia, de esas que surgen espontáneamente. Yo le sonreí tambien, y ella, tímida, volvió a su juego de balanceo de piernas para luego volver a mirarme. Había captado mi atención y supongo que en su mente infantil, había también comenzado el peculiar juego de ahora te miro, ahora no te miro, y cada vez que la pillaba mirándome, ella volvía a sonreír al tiempo que se mordía el pulgar pícaramente y torcía su mirada para volver a tentarme. El juego duró unos cinco minutos, un tiempo en el que yo también fui una niña que miraba a otra niña y sonreía sin saber muy bien porqué sonreía. Sin embargo, he aquí lo hermoso de esta situación. Unas miradas y una sonrisas que sin tener ningún motivo ni pretexto, durante cinco minutos me permitieron ver el rostro amable de la vida, del ser humano y el bello poder que tiene la sonrisa. Para esa niña fue un juego inocente, para mí toda una metáfora. Cuando algo amable te ocurre, el modo en el que te mueves y donde te mueves, parece que, de repente, tuviera otros matices. Todo parece más alegre, con más brillos, con más color...y que duda cabe que tú, también, terminas integrándote en ese entorno con otro espíritu.

Por eso, entender a Bécquer cuando habla de una mirada y de una sonrisa, es tremendamente fácil. Su poesía se convierte en tu poesía. Una mirada, efectivamente, puede ser todo un mundo, toda una apertura a la vida que se tiene delante. Una sonrisa, un cielo despejado, con un radiante sol dando luz y calor que te hace ver todo con otra claridad.

¿ Por qué entonces no sonreímos más a menudo?, ¿ Por qué no miramos más allá de nosotros mismos?, ¿ Por qué solemos caer más en el enfado, en la acritud, en la irritabilidad que en la sonrisa cuando, en realidad, es nuestro modo de mirar el que muchas veces nos hace ver sólo lo feo o incluso verlo todo más feo de lo que realmente es?.

Los niños son capaces de sonreír con espontaneidad porque su inocencia criba la maldad, la desconfianza. También su mirada es diferente porque en su imperativo de crecer, hay una necesidad de aprender de su entorno. Ciertamente, no podemos ser eternamente niños aunque una parte de ese “ niño” interior, sí que debiera conservarse, pero sí que podemos depurar nuestra mirada, nuestro modo de ver la vida, y, por qué no, sonreír; sonreír más a menudo a quienes nos miran, a quienes nos hablan, a esa realidad que aunque no nos guste algunas veces, siempre puede mejorar si nuestra actitud ante ella es más de confianza que de vivir continuamente en la queja.

Admiro a esas personas capaces de sonreír ante la adversidad. Admiro a quienes miran con amplitud a pesar de sus miopías, a quienes giran la cabeza para mirar a su alrededor y lo hacen dispuestos a sorprenderse gratamente y sonreír.

Vivimos unos tiempos dónde el frenesí de nuestros quehaceres nos hace vivir tan deprisa que apenas nos damos tiempo para detenernos en lo que tenemos al lado y admirarlo.

Vivimos tan rutinariamente que terminamos perdiendo la costumbre de tomar iniciativas para seguir descubriéndonos, y lo que es aún más lamentable, actuamos tan mecánicamente muchas veces que, sonreír, llega a suponernos un esfuerzo añadido.

Realmente cuesta muy poco sonreír, unos cuantos músculos de nuestro rostro y una voluntad generosa.

Justamente, antes de acabar este escrito, una amiga me mandaba un e mail con unas fotos de niños muy divertidas donde era inevitable reirse. Lo curioso de esto, ha sido el modo de terminar ese mail:

“ si no envías esto a unos cuantos amigos, habrá menos gente riendo en este mundo”.

¿ Casualidad?, no lo creo. Más bien providencial, como suelen ser casi siempre todas aquellas cosas que, a modo de flash llegan hasta nosotros, nos sorprenden y vienen con pretensiones de enseñarnos algo.

Haré caso al mensaje y lo reenviaré a todos esos amigos a los que aprecio. Si como decía Bécquer, por una sonrisa, un cielo, cuanta más gente sonría, mejor y más cerca estará el cielo de este mundo en el que vívimos.

Pilar Martinez Fernandez.