domingo, 3 de enero de 2010

¨Ya ¡¡¡¡ 2010¡¡¡¡



El tiempo es algo que no deja de ser una perplejidad en si misma. A ratos deseamos que pase rápido con el punto de mira puesto en aquello que está por llegar, mientras que en otros momentos queremos infructuosamente detenerlo para que nos deje vivir más rato la plenitud de un momento. Pero ni una cosa ni otra es posible, el tiempo es apenas un puño de arena incapaz de quedar retenido en nuestra mano. Los granos minúsculos que uno a uno consumen el tiempo, se van colando y cayendo sin remedio dejando atrás lo vivído y dejando orden y hueco a lo que se está por vivir.
Yo recuerdo que, siendo niña, pensaba en la edad que tendría cuándo llegara el año 2000. Echaba cuentas y siempre decía:- Tendré 31 años. Pero, claro, luego también empezaba a preguntarme en cómo estaría, si estaría casada, si tendría hijos, en fin...todas esas elucubraciones que se hacen cuándo piensas en el futuro con ese románticismo propio de las niñas de mi generación, educadas con los roles femeninos que luego tan frontalmente chocan con esas otras inquietudes que afloran en la edad adulta.
Hoy tengo 40 años, no es el año 2000, sino el 2010, y sigo pensando en el futuro, ¡ lo que son las cosas¡. Es cierto que miro atrás y veo un buen trecho de camino recorrido, sin embargo, siento que aún me queda mucho por vivir. Creo que a eso se le llama mirar al futuro con esperanza. Tal vez no sea de color de rosa pero vivir cada día y que un día se suceda a otro consumiendo poco a poco nuestro tiempo, no se, entiendo que es todo un privilegio que hay que saber disfrutar.
Asi pues, y aunque el 2010 nos suene demasiado redondo, rotundo, avanzado y cuantas cualidades queramos ponerle para redundar en su impronta en nuestras vidas efímeras, lo importante es que lo tenemos aqui para vivirlo con sus noches y sus días mientras sus segundos, semejantes a los granos de arena, se van sucediendo para quedar atrás. Como bien dijo alguien sabio que no recuerdo: no importa el destino, lo que importa es el viaje. Vivir es nuestro viaje, el destino en cualquir caso siempre es finalmente la muerte, asi pues para qué pensar en el destino, entonces.
Feliz año 2010 para todos, para los que estais vivos, para los que os sentís vivos y sobre todo para quienes sois unos apasionados de la vida, contradictoria, zozobrante y enigmática, pero el mejor regalo sin ninguna duda para nosotros, pobre mortales.
Pilar Martinez Fernandez