domingo, 24 de mayo de 2009
Y si soy homosexual ¿ Qué?
jueves, 21 de mayo de 2009
Llevo viviendo en mi barrio, así a golpe de suma y recuerdos, treinta y tres años. La edad a la que murió Cristo, una paradoja quizá en mi caso pues son los mismos años que he padecido la cruz de vivir “ al otro lado” de la ciudad, es decir, en Pilarica y con el paso a nivel de la vía dividiendo el pulso cotidiano de sus vecinos.
Esa barrera física que se nos ha impuesto siempre con la vía del tren por estos pagos barriales de la zona Este, he de reconocer que ha sido incómoda y hasta poco práctica pero de tan cotidiana casi puedo afirmar que no concibo mis idas y venidas diarias sin el paso a nivel. Quizá por eso, cuándo supimos por aquí que nos iban a anular ese paso durante cinco años para dar seguridad y cobertura al soterramiento y el paso del AVE, a mí en particular y a mis convecinos casi de manera general, se nos vino la rutina en cierto modo abajo.
Pilarica tiene la particularidad de tener repartida su territorialidad y su vecindad en dos por la vía del tren, una circunstancia que obliga a utilizar como única opción el tan controvertido como necesario paso a nivel que sale de la Plaza Rafael Cano dirección Puente la Reina, la columna vertebral del barrio actualmente.
Lo cierto es que así pensábamos seguir hasta que el soterramiento, nuestra histórica demanda y quimera, fuera una realidad. La sorpresa por aquí ha sido esa impronta decisión del Adif de cerrar durante cinco años el paso a nivel para trabajar mejor y con más seguridad en beneficio del soterramiento y posterior paso del AVE vía Venta de Baños.
Les aseguro a tenor de lo que piensan mis vecinos y yo misma que en Pilarica nadie se opone a esas obras para el soterramiento y el paso del AVE, ni a que se tenga que anular el paso a nivel. La coherencia se impone y por supuesto quienes suscribimos esta opinión somos sin ninguna duda los más interesados en que todo eso se haga realidad y por supuesto con garantías y seguridad, pero anticiparse tanto y someternos a un corte tan drástico cuándo además no se suelen respetar los plazos de ejecución de las nuevas infraestructuras en los tiempos establecidos, es castigar y condenar a una parte de la ciudad a una tremenda disgregación y marginación sin necesidad real para tanta premura.
En su día, la previsión fue que para el 2007 el AVE llegaría a Valladolid y lo haría con la vía soterrada. El AVE ha llegado a Valladolid, sí, pero no pasa por debajo.
La credibilidad se alimenta de hechos anteriores y en ese sentido la desconfianza es inevitable.
Hoy por hoy, lo que comunica y cohesiona a Pilarica con la ciudad y consigo misma es su paso a nivel. No pasan por ese paso 400 vehículos diarios como se apresura a justificar el Adif en su estudio, sino diez veces más. La decisión de cortar una vía de comunicación con un fluido de tráfico importante para su remodelación debe considerarse cuándo la ejecución de una obra es inminente, pero además deben también crear alternativas y soluciones paralelas que den cobertura a las necesidades de movilidad que los vecinos tienen. Por aquí, y mientras no exista afán de actuar con coherencia, insistiremos en decir que no queremos vivir divididos cinco años. Que a nadie extrañe pues que Pilarica insista, se una y se manifieste. Que a nadie extrañe que Pilarica insista en querer “ existir” sin que nada absolutamente la divida. Si así insisten en hacer las cosas, nosotros...también insistiremos.
miércoles, 20 de mayo de 2009
una pequeña historia
Mi vida por una estrella
Caminábamos a la par, yo por la carretera serpenteando el páramo y ella, en una esquina del parabrisas, brillante en medio de la oscuridad de la noche.
El reloj de mi coche marcaba las 00:00. Tal vez una casualidad pero en cuestión de segundos, todo se volvió del revés. Estaba boca abajo y con ese punto brillante fijo en mi retina. Ya no se movía. Centelleaba solamente.
La desesperación empezó a apoderarse de mí. Estaba atrapada sin poder hacer otra cosa que mirar esa estrella quieta frente a mí. Intenté gritar pero sentía presión en el pecho, aunque lo peor, esa extraña sensación de humedad en mi cuerpo, como si me estuviera encharcando.
Y, de pronto, alguien me habló. - No se mueva. Tranquila que vamos a ayudarla.
Hice un sonido gutural. Mi mirada, sin embargo, se empeñaba en mantenerse fija en la estrella. Seguía allí, sin moverse. Igual que yo.
Volvieron a hablarme: - Intente no dormirse. No cierre los ojos.
Empezaba a sentir frío y al mismo tiempo un dulce letargo. Entrecerré los ojos casi mecánicamente, pero por alguna razón, volví a entreabrirlos y ese brillo rutilante de aquella estrella se coló entre mis pestañas.- Eso es, no se duerma, me dijeron de nuevo.
Quería dormir, sí. Plácidamente, pero esa pequeña estrella parecía empeñada en no dejar que el sueño le ganara la partida. Centelleaba como si me hiciera guiños.
De pronto, comenzó a moverse. Yo también. Me llevaban en una camilla.
Cuándo cerraron la puerta de la ambulancia, dejé de verla.
Lo último que escuché fue:.- Ha perdido mucha sangre...es un milagro que esté viva.
Lo fue seguramente. Quizá es muy tonto pensar que le debes la vida a una estrella pero yo pude morir ese día. Esa estrella, siempre creeré que me ayudó a vivir, o al menos, a no rendirme.
La he vuelto a ver. Es la misma, estoy segura. Y se mueve, igual que yo. Yo podía estar muerta y sin embargo, ambas existimos y...nos movemos.
Pilar Martinez
martes, 19 de mayo de 2009
Por qué escribo...
La vida, a menudo, nos sorprende con dones que no sabemos bien cómo utilizar, o mejor dicho, cómo administrar para que al tiempo que nos son otorgados, los saquemos partido y den también sus frutos.
No es tarea fácil, más cuándo sientes efervescer en tu interior ese don y no consigues proyectarlo como te gustaría, pero lo curioso es que, aunque a veces sientes que simplemente se trata de un modesto talento y que no puedes esperar mucho de él, no hay manera de acallarlo
Muchas veces me digo a mí misma que simplemente me gusta escribir y que nada más puedo hacer. ¿ Cómo pretender, ingenua de mí, que aquello que escribo le interese a alguién?. Pero sin esperar respuestas, y casi sin ser dueña de mi desánimo, vuelvo a escribir y curiosamente me salen artículos y relatos que al leerlos casi no los reconozco como míos.
Y es en esos momentos dónde realmente mi vocación de escritora gana el pulso porque aunque no consiga publicar el libro que tengo escrito, aunque mis relatos no ganen certámenes literarios, y sólo algunos artículos y reportajes vean la luz, escribir es el refugio dónde me encuentro a mí misma. Escribiendo dejo fluir lo que pienso, lo que soy, lo que quiero entregar, aquello que en definitiva me nace de muy dentro móvida por la inspiración y que por alguna razón que se escapa a mi control, vosotros, quienes me animaís a seguir escribiendo, debeis leer. Por eso y sólo por eso, escribo.
Quién sabe el futuro lo que me deparará. El presente no es muy alentador y por ahora sólo veo una pared vertical de muy díficil y dura escalada. Agradezco a Dios, eso sí, el talento que me ha otorgado, pero os confieso que a veces no logro entender para qué me ha sido dado.
Un sacerdote a quién quiero mucho siempre me dice que hago mucho bien escribiendo lo que escribo aunque yo no sea consciente de ello. Es cierto, no soy consciente del modo en qué llegan y nutren esas palabras que escribo a la gente, a vosotros, a quienes me pedís que no decaiga y siga escribiendo. Quizá siempre esperamos de aquello que hacemos un reconocimiento, un valor...negándonos realmente la evidencia de ese entusiasmo que mantienen quienes están a nuestro alrededor. Creemos solamente en nuestro talento cuándo hacemos " grandes cosas" con él. En mi caso cuándo se ganan premios, se publican tus libros, o cuándo se publican en columna tus articulos en revistas y periódicos.
Sí, yo caigo en esa banalidad, obviando que aquellos que realmente me llevais siguiendo desde hace tiempo, sois quienes motivais a esta escritora. Os pido sinceramente disculpas por no valorar como merece vuestro aliento, vuestro entusiasmo, y porqué no decirlo, vuestra admiración. Quizá sea cierto eso que se dice de los escritores, que somos vanidosos y que nos gusta que nos vanaglorien, es nuestro talón de Aquiles, ¡ Qué le vamos a hacer¡.
Hoy, aprovechando que una buena amiga ayer me dijo que no había visto novedades en mi blog y que no era buena señal que no tuviera tiempo para escribir, he decidido escribir estas líneas para deciros por qué escribo y por qué seguiré escribiendo. Es verdad que la vida, por esos vericuetos en los que nos mete, no me permite dedicarme vocacional y profesionalmente a la literatura, al menos de momento, pero creo que si Dios, como creo firmemente, me ha dado un talento, aunque sólo llegue a diez, veinte, cien, o trescientas personas, por esas personas, mis amigos, mi familia, mi gente, en definitiva, siempre merecerá la pena que coga de nuevo mi portatil, abra una hoja en blanco de mi procesador de textos y escriba.
Gracias a todos por vuestra fidelidad y apoyo. Por vosotros...seguiré escribiendo.
Pilar Martinez.