Publicado en Diario de Valladolid EL MUNDO Tribuna Libre 5 febrero 2009
Hay preguntas que, por mucho que creamos tener plena conciencia para contestar, es probable que ni rocemos levemente la verdad, porque a menudo, la verdad, no reside en hechos palpables o comprensibles para la razón humana sino que se halla en esa parte también esencial que forma parte del ser humano aunque muchos la rechacen; en la espiritualidad.
Quizá fue por eso que, a esta libre pensadora que hoy traslada sus pensamientos y su espiritualidad a estas líneas, le sorprendió hace unos días ese eslogan en algunos autobuses de Barcelona como si se anunciara Coca Cola: “ Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”.
Francamente me da igual quién haya o no tenido la brillante idea de proclamar en tan anodino eslogan su ateismo, porque a mí personalmente ni me ofende ni me incita a nada que no vaya en la línea que me va estableciendo mis propias convicciones, de ahí que tampoco necesite una contracampaña abogando por la creencia en Dios para alimentar mi fe. Sí que me invade, no obstante, un sentimiento de pena ante este tipo de cosas porque me doy cuenta de que caminamos con tanta vacuidad espiritual que vale todo con tal de hacernos notar y que se nos oiga.
Del mensaje, y he aquí la base de mi reflexión personal, se deduce que aquellos que en nada creen, ni en Dios ni en nada que vaya más allá de su propio existencialismo, la vida es un camino abierto que debe ser disfrutado sin miedos y sin preocupaciones, un Carpe diem continuo que te llevará a ser una persona plena y segura de ti misma.
Qué gran mentira. Con o sin creer en Dios, no hay vida sin vicisitudes ni encrucijadas que sortear, la diferencia entre quienes creemos en Dios y quienes no creen, reside en la capacidad que tenemos los creyentes para aceptar las vicisitudes confiando y encontrando calma en nuestra propia fe interior, es decir en Dios y cuánto llena nuestro espíritu de esperanza, mientras que los no creyentes todo lo elevan a su potencial y existencialismo, creen en definitiva en sí mismos, algo que tampoco es del todo equivocado pero sí carente de espiritualidad.
Elevar el sentido de la vida al simple disfrute, como propone dicho eslogan, personalmente demuestra un vacío no sólo espiritual, sino también moral, aspectos que no tienen porque venir unidos pero sí ligados a la persona en su justa proporción para que sea consciente de que no es un semi Dios, sino un ser humano y que, por tanto, la vida que le toca vivir es la de una persona tan vulnerable y proclive al sufrimiento como sustancial y vital ante los buenos logros.
Dios a los creyentes no nos dice que debamos estar en continua preocupación por cuánto hacemos o no hacemos. Ni mucho menos nos condiciona a vivir atemorizados o con miedos. Eso es manipular hasta el extremo lo que en ningún caso a los creyentes nos dicta Dios. Sí se nos dicta, por el contrario, plantearnos si hacemos o no lo correcto; sí se nos dicta preguntarnos si podemos hacer algo más para ser mejores personas o dar más de nosotros mismos a los demás, de igual manera que se nos dicta disfrutar de cuánto bueno nos es otorgado y dar gracias por lo que recibimos con humildad. Por eso, para mí, está tan equivocado ese eslogan haciendo apología del ateísmo. No es necesario frivolizar sobre la vida para desmontar la creencia en Dios, ni ante los ateos, ni tan siquiera para quienes creemos en Dios sin ninguna duda.
Al final, todo es mucho más sencillo de comprender. La plena conciencia de lo que hacemos, es lo que realmente nos mantiene en el camino, un camino a ratos pedregoso y a ratos de hierba fresca. Para algunos la presencia de Dios en nuestra alma nos ilumina de una manera tan bella que sencillamente dejamos que ese proyecto de vida sustancial que está pensando para nosotros, fluya a partir de sus manos, sin miedos y con esperanzas, pero también aceptando las vicisitudes.
Para otros, sin embargo, existe otra manera de entender su existencia, respetable e igualmente libre de las ataduras del miedo porque confían en sus posibilidades y en el misterio de la propia vida a partir de su coraje y sus ganas de vivir. Perfecto. Cada cuál soportando su vela como mejor entienda, pero no nos llamemos a engaños. Este debate y controversia no es nuevo. Desde antiguo, el ser humano ha necesitado evidencias: “ ver para creer”, por tanto siempre existirá la eterna cuestión de si Dios existe o, “ probablemente, no existe”, como afirman los agnósticos. Pero lo que está claro es que ningún anuncio en un autobús o cartel urbano, ni a favor, ni en contra de la existencia de Dios, tiene porqué inclinar la balanza a un lado u otro. Si algo tiene la fe, es que una vez se instala en el ser humano, le hace creer sin límites.
Así pues y resumiendo, conviene decir algo para mí muy evidente y que no tengo inconveniente en expresar sin complejos: Dios, no es una Coca Cola que gusta o no gusta, que apetece o no apetece beber. Es una creencia muy latente en muchas personas, a menudo silenciosa por el rechazo y la alergia que produce la palabra Dios en otra mucha gente, pero nada más. No necesita ni ser desmontada en anuncios publicitarios ni consumida como un vulgar producto del mercado. Otra cuestión es lo que esta sociedad y sus vacilantes existencialismos, necesiten o quieran o no creer. Cada cual puede posicionarse como le dicten sus convicciones, pero si depende de un eslogan o necesitan frivolizar con la vida y su sentido para sentirse comprendidos y libres de miedos, perdonen la ironía pero, mal vamos, francamente.
Pilar Martinez Fernandez
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hola pili sigue siendo para mi mi mejor escritora sigue asi. estoy de acuerdo total contigo un beso
ResponderEliminarEscrito por ines 11/02/2009 12:55
Querida Pili
ResponderEliminarYa decía yo que algo pasaba en tu blog, pero me alegro que todo este subsanado y podamos continuar con "el rincón de tus palabras", que también son las de todos los que participamos de tus comentarios. Me gustaría aprovechar esta nueva etapa para pedir la colaboración de todos los que compartimos tus pensamiento para que de forma reciproca todos nos enriquezcamos con la diversidad de ideologías o formas de ver las cosas.
Dios, no es una coca cola, es cierto pero yo iría al fondo y no las formas de trasmisión del pensamiento " Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida", mi reflexión como creyente venido a menos por muchas de las actuaciones de la iglesia católica, es: "probablemente, Dios existe. Por eso me preocupo de los demás, y disfruto mucho de la vida". Yo tengo muchas cosas (materiales o no) por las que darle gracias a Dios, la fé me ayuda a reconocerme poco merecedor de las bondades de la vida y asumir los inconvenientes que se cruzan en mi camino.
De todas formas yo nunca hubiera contraatacado con otro eslogan, cada uno es libre de decir o hacer con sus creencias o no creencias lo que quiera, no nos hace mejores o peores nuestra fé, si no nuestros actos con los demás y con nosotros mismos.
Un fuerte abrazo Miguel
Escrito por Miguel Angel Barros 11/02/2009 14:27
Gracias amigos. A ti Inés por seguir fiel a mis escrituras y amistad. El tiempo pasa pero si el corazón quiere, todo perdura y se mantiene. Intentaré seguir así, como tu bien me animas...por mis amigos, bien vale la pena.
ResponderEliminarEn cuánto a ti Miguel Angel, qué decirte. Eres mi seguidor número uno allí donde lleve y traiga mi blog y mis palabras. Creeme que me dio rabia lo ocurrido con mi espacio en ONO porque lo tenía muy bien estructurado y tenía ya consolidados a muchos lectores que, aunque no participaban con comentarios, sí seguían los post y los leían cuándo podían.
Espero que ahora con este nuevo formato, siga esa misma impronta de leer y porqué no, participar. Pondré mi mejor talento, empeño y cariño para compartir con todos vosotros este " vuestro rincón de las palabras".
En cuánto a tu reflexión, precisamente das en la cuestión: cada uno es libre de pensar, creer o no creer en determinadas cosas, bien religiosas, políticas, filosóficas...pero lo que realmente nos define y debe preocuparnos son nuestros actos y cómo nos comportamos ante los demás, y eso únicamente lleva al respeto, la tolerancia y la aceptación de uno mismo y de cuánto somos en beneficio de ese proyecto que somos todos y cada uno de nosotros dentro de la humanidad.
Gracias por vuestro tiempo...lo valoro muchísimo y, dicho sea de paso, le doy gracias a Dios por teneros como amigos.
Pilar
Escrito por Pilar Martinez 11/02/2009 14:38