jueves, 30 de diciembre de 2010
No seas un desván lleno de trastos
jueves, 23 de diciembre de 2010
Como Flores de Pascua
lunes, 29 de noviembre de 2010
Un buen día
domingo, 21 de noviembre de 2010
Soy una mujer de hoy
No es algo habitual que ponga mi foto para ilustrar uno de mis articulos, la verdad es que no lo he considerado nunca necesario para asomar con mis pensamientos en este espacio. Pero esta vez he decidido hacerlo para dar un toque más personal a mis reflexiones, siempre desde esa perspectiva en la que me coloco como observadora de lo cotidiano y de la vida en sí misma.
He titulado estas lineas, como habeis podido leer arriba, " soy una mujer de hoy". Lo he hecho con pleno conocimiento de causa porque si algo siento de verdad es la tremenda fuerza con la que tengo que vivir mi tiempo en esta sociedad nuestra.
Hoy ser mujer, no es quizá ni más fácil ni más difícil que en tiempos de nuestras abuelas y bisabuelas, sencillamente nos toca vivir de un modo diferente. Afrontamos la vida, eso sí, desde nuestra necesidad y derecho de ser nosotras mismas con nuestro talento y nuestras profesiones, algo que nos viene asociado con la maternidad cuando decidimos tener hijos.
A mi, ser mujer, me gusta. A veces nos quejamos por tener que depilarnos, por la menstruación, por la menopausia, por ese empeño nuestro por estar siempre divinas, sin celulitis, ni canas, manteniendo a raya las arrugas con nuestras cremas...pero aún así, ser mujer me enorgullece porque es mucho lo que han tenido que recorrer las mujeres ( nuestras antecesoras) para que nosotros, hoy, vivamos nuestra femeneidad con dignidad y respeto.
No me suelen gustar esos debates de guerras de sexos, generalmente suele caerse en los típicos roles e incluso en ironías absurdas. Una mujer no tiene porqué decir lo qué vale, día a día lo demuestra sin menoscabo del sexo opuesto, y el que no lo ve es porque " el pobrecillo" no ha evolucionado y no deja de ser digno de lástima.
Pero al margen de esto, que daría para muchas lineas, sí que quiero hacer hincapie en esas revistas de mujeres tipo Cosmopolitan, Mia, Clara, AR y similares.
Esas revistas, su santo y seña es " la mujer de hoy". Movida un poco por ese reclamo, este mes decidí comprar un ejemplar de la revista Cosmopolitan. No sé, pensé que traería articulos interesantes sobre algún tema de actualidad, no expresamente de mujeres, sino en un sentido más amplio. Para mi sorpresa, me pasé más de media revista viendo anuncios de perfumes, de maquillajes y demás sin encontrar nada interesante que leer. Cuando por fin creo que todo ese escaparate queda atrás, me encuentro con unos titulares del tipo " Como sacar partido a tus pestañas", "+ Guapa en otoño", " Abrigate de la forma mas chic"o " sesión de mimos", para decirme qué rimel tengo que comprar de la marca X al precio tal en la tienda cual de Barcelona, que ropa de marca, por supuesto, me tengo que poner para dar realce a mi figura, qué abrigos se llevan, y lo más gracioso, a qué lugares de belleza me tengo que ir para que me den un masajito y una buena limpieza de cutis, a mí, a una mujer que vive en Valladolid, que está sudando para sacar una tienda adelante en tiempos de crisis, con dos hijos adolescentes de los que ocuparse ¡¡¡ con lo que necesitan¡¡¡, como para irme a Barcelona a comprar un abrigo a cojón de mico o darme un masaje en un spa o una limpieza de cutis en el salón de belleza de la señorita Pepis...¡ no te fastidia¡¡¡.
Pero sigo leyendo, y aún me indigno mucho más. Resulta que tengo unas uñas desastrosas, por tanto lo mejor de lo mejor es que me haga una buena manicura y me ponga una laca de uñas ojos intenso porque está ¡¡¡ super de moda¡¡¡, luego como soy una chica Single ( o sea sin pareja y tan a gusto), pues resulta que me dan ideas para convertir mi dormitorio en una habitación de hotel, ¡ Habrasé visto semejante tontería¡¡¡ y para qué me hace falta a mí eso????
Para más coña, me aconsejan que me centre en mi trabajo, pero luego páginas más adelante me aconsejan que si los problemas me superan, no mire atrás y que me lo tome todo con buen humor, digo yo que será para que no se me acentuen más las arrugas, aunque con 41 años la naturaleza creo que tendrá que seguir su curso.
En otra página, bajo el insinuante titular " Tu, tú + tú" te dan 10 formas rápidas, ni una más ni una menos, para estar estupenda. Aqui ya es de troncharse; 1 Ponte en " cueros" para sentirte una autentica Killer, que alguien me explique qué es una Killer ( una matahari tal vez???), 2 Regalate una manicura, 3 Revive tu bronceado ; 4 pelos fuera , 5 Subete a las alturas ( alé a ponerte los taconazos ),6 haz una terapia de Shopping ( o sea vete de compras y frie la visa), 7 Potencia tu mirada ( rimmel a kilos), 8 saca pecho ( o sea comprate sujetadores nuevos), 9 hazte un brushing ( no sé qué es esto pero vete a la peluqueria y allí te lo dicen y te lo hacen por otro módico precio), 10 dale al Gloss ( otra palabreja absurda para decirte que te pongas los morros como las prostitutas).
Pero sigo, que la cosa no queda aqui. En la misma linea consejera, a saber por qué expertas o expertos en la materia, te sugieren " como ganarte a cualquiera en 3 minutos". Aqui los consejos ya son del tipo, di esto, encorvate un poco mientras hablas, recogete el pelo en una coleta porque luce mejor tu sonrisa...y demás tonterías.
Pero lo mejor cuando ya se meten en el terreno de " parejas" "amor y " sexo". Aqui ya los test son la caña. Preguntas como " " Los chicos pueden eyacular y hacer pis al mismo tiempo?, " SE inventará una viagra para mujeres?", " ¿ Cuantas calorías tiene el semen?, ( lo mejor, la contestación; 36 por cucharada¡¡¡) y chicas y chicos, lo siento, no sigo porque las otras 96 preguntas, hasta completar 100 son tan absurdas que me provocan verguenza ajena.
Todo esto, naturalmente viene acompañado por infinidad de firmas comerciales que seguramente financian esta revista de mujeres " de hoy", como yo pero que al parecer, tienen un nivel económico muy superior al mío y por supuesto con unos cuerpos diez si nos fijamos en las supermodelos que promocionan las prendas, los perfumes, los masajes y demás milongas.
LLegado a este punto, me reafirmo; soy una mujer de hoy, como muchas de mis congeneres que se levantan a las siete u ocho de la mañana para acudir a sus trabajos, que hacen equilibrios con su presupuesto para llegar a fin de mes, que se compran la ropa cuando la necesitan y donde la encuentran a un precio asequible, que saben sacarse partido con maquillajes de marcas baratas y si me apuran de la marca que tiene el mercadona, que saben arreglarse el pelo ellas mismas e incluso se lo tiñen en casa unas amigas a otras, y que en lo que respecta a sus parejas, amores y sexo, se guian por su corazón que al fin y al cabo es lo auténtico y no magreos de un día de usar y tirar.
ESo es ser mujer, de hoy y de siempre, y lo siento por esta y otras revistas de mujeres pero conmigo, no os esforceis tanto a menos que me ofrezcais lecturas inteligentes sobre temas como la mujer saharaui, por ejemplo, tan de actualidad ultimamente por lo que ocurre en el Aaiun.
La mujer no solo es imagen, ni debe unicamente preocuparle lo " monísima que debe estar siempre". Mujeres como yo tenemos la necesidad de cultivar nuestro intelecto, porque no somos muñecas de exposición, somos personas capaces de pensar, de analizar y de opinar.
Ya que hemos evolucionado tanto y con tanto sacrificio...por Dios, que se note¡¡¡
Pilar Martinez ( Noviembre 2010)
El amor, ¿ Es así como tú lo sientes?
El amor...es tanto en tan poco espacio. Un rincón del alma basta para ser ocupado por ese todo que todo lo cambia; un sentimiento, o tal vez una sensación total que no deja un solo resquicio de nuestro ser, vacío, aislado o incapacitado. Eso es el amor, sin duda. Capaz de ver la belleza, la autentica, la del alma, despojada de los cánones estéticos, de la edad, del tiempo, del espacio...Todo eso ni siquiera existe, no se ven y si alguien te dice o te grita:¡ Pero es que no lo ves¡ si es feo o fea, si es viejo o vieja, si es pobre o poca cosa...Tú no haces caso porque no ves con esos ojos fríos e insensibles, miras con los ojos del corazón, aquellos que te permiten ver más allá de lo físico, de todos esos condicionantes que para otros importan.
El amor no son besos, ni caricias, ni ese contacto carnal que atrae hasta quemar, es eso pero unido a mucho más, a un más allá. Es mirar en lo profundo de unos ojos y verse reflejado con un aura de adoración, de admiración, pero sobre todo, con la acogida de tu ser en el ser del otro allí donde reside ese espacio infinito que siempre te ha esperado a ti y no a otro, porque en ese espacio, solo tu cabes y encajas. Y en esa cálida acogida de la mirada profunda es donde se siente la poderosa fuerza del amor, que no tiene nada que ver con el modo en que muchas personas dicen quererse. Cuando se mira al otro hay que verle como es, sin querer ver lo que buscamos o lo que somos nosotros. El amor no pone listones, somos nosotros quienes los ponemos condicionados por aquello de lo que carecemos.
Amarse, es complementarse con el otro, es cierto, pero no convenirse porque en el momento que le ponemos al amor el acento en lo conveniente, sólo lo envolvemos ocultando tras el envoltorio el regalo que nos ha de colmar de ilusión.
Conozco matrimonios a mi alrededor que viven solo con ese envoltorio. No ves en sus gestos ni en sus rostros esa luz que nace de dentro cuando se está enamorado. Otras parejas en cambio, te trasmiten su amor con tal fuerza que te hace anhelar lo que ellos tienen, y aunque la envidia te inunde en esos momentos, también te hace mantener la esperanza de que, en realidad, el amor verdadero existe; solo hay que saber esperar, pero sobre todo, hallarlo allí dónde se encuentre aunque te lleve años y años encontrarlo.
El amor está en muchas cosas, en TODO. Aquel que afirme que no necesita el amor, se engaña, no solo lo necesita, es imprescindible para dar sentido a la vida, de otro modo, es morir lentamente sin dejar huella.
Y tú...¿ Es así como lo sientes?
Pilar Martinez ( Noviembre 2010)
martes, 2 de noviembre de 2010
Por una sonrisa
( Publicado en Revista Iglesia en Almodovar Nº 238 )
Becquer, en una de sus rimas decía: “ Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo, por un beso...¡ Yo no sé que te diera, por un beso¡.
He querido recordar esta rima a propósito. Sé que a Bécquer le inspiró esta rima ese profundo amor que le manaba del corazón y que por otra parte tanto anhelaba dar a alguien, de tal manera que todo lo elevaba a una infinitud tan inabarcable como inagotable. A mí, sin embargo, esta rima me inspira algo más. Me sugestiona poéticamente sobre algo que está en cada uno de nosotros; la sutil belleza de una sonrisa.
Me ocurría unas horas antes de escribir estas líneas, una situación de esas que suelen ocurrir más de una vez pero que por alguna razón, hay momentos en los que te resulta simpática o digna de mención. En un banco de la iglesia de mi barrio durante una misa, junto a sus padres, estaba sentada una niña de unos tres años. Balanceaba sus piernecitas que no le llegaban al suelo, jugueteando con esa inercia que se produce cuando hay un espacio amplio para dar rienda al movimiento. La niña tenía un aspecto infantil de esos que te llaman la atención. Dos coletas respingonas de pelo negro azabache y unos ojos igualmente negros y grandes, se diría que inocentes pero al tiempo muy curiosos e inquietos. De pronto, como si hubiera intuido que la estaba observando, dejó de balancear sus piernas, giró su cuerpecillo y me miró fijamente. Al instante siguiente, me dedicó una sonrisa amplia, de esas que surgen espontáneamente. Yo le sonreí tambien, y ella, tímida, volvió a su juego de balanceo de piernas para luego volver a mirarme. Había captado mi atención y supongo que en su mente infantil, había también comenzado el peculiar juego de ahora te miro, ahora no te miro, y cada vez que la pillaba mirándome, ella volvía a sonreír al tiempo que se mordía el pulgar pícaramente y torcía su mirada para volver a tentarme. El juego duró unos cinco minutos, un tiempo en el que yo también fui una niña que miraba a otra niña y sonreía sin saber muy bien porqué sonreía. Sin embargo, he aquí lo hermoso de esta situación. Unas miradas y una sonrisas que sin tener ningún motivo ni pretexto, durante cinco minutos me permitieron ver el rostro amable de la vida, del ser humano y el bello poder que tiene la sonrisa. Para esa niña fue un juego inocente, para mí toda una metáfora. Cuando algo amable te ocurre, el modo en el que te mueves y donde te mueves, parece que, de repente, tuviera otros matices. Todo parece más alegre, con más brillos, con más color...y que duda cabe que tú, también, terminas integrándote en ese entorno con otro espíritu.
Por eso, entender a Bécquer cuando habla de una mirada y de una sonrisa, es tremendamente fácil. Su poesía se convierte en tu poesía. Una mirada, efectivamente, puede ser todo un mundo, toda una apertura a la vida que se tiene delante. Una sonrisa, un cielo despejado, con un radiante sol dando luz y calor que te hace ver todo con otra claridad.
¿ Por qué entonces no sonreímos más a menudo?, ¿ Por qué no miramos más allá de nosotros mismos?, ¿ Por qué solemos caer más en el enfado, en la acritud, en la irritabilidad que en la sonrisa cuando, en realidad, es nuestro modo de mirar el que muchas veces nos hace ver sólo lo feo o incluso verlo todo más feo de lo que realmente es?.
Los niños son capaces de sonreír con espontaneidad porque su inocencia criba la maldad, la desconfianza. También su mirada es diferente porque en su imperativo de crecer, hay una necesidad de aprender de su entorno. Ciertamente, no podemos ser eternamente niños aunque una parte de ese “ niño” interior, sí que debiera conservarse, pero sí que podemos depurar nuestra mirada, nuestro modo de ver la vida, y, por qué no, sonreír; sonreír más a menudo a quienes nos miran, a quienes nos hablan, a esa realidad que aunque no nos guste algunas veces, siempre puede mejorar si nuestra actitud ante ella es más de confianza que de vivir continuamente en la queja.
Admiro a esas personas capaces de sonreír ante la adversidad. Admiro a quienes miran con amplitud a pesar de sus miopías, a quienes giran la cabeza para mirar a su alrededor y lo hacen dispuestos a sorprenderse gratamente y sonreír.
Vivimos unos tiempos dónde el frenesí de nuestros quehaceres nos hace vivir tan deprisa que apenas nos damos tiempo para detenernos en lo que tenemos al lado y admirarlo.
Vivimos tan rutinariamente que terminamos perdiendo la costumbre de tomar iniciativas para seguir descubriéndonos, y lo que es aún más lamentable, actuamos tan mecánicamente muchas veces que, sonreír, llega a suponernos un esfuerzo añadido.
Realmente cuesta muy poco sonreír, unos cuantos músculos de nuestro rostro y una voluntad generosa.
Justamente, antes de acabar este escrito, una amiga me mandaba un e mail con unas fotos de niños muy divertidas donde era inevitable reirse. Lo curioso de esto, ha sido el modo de terminar ese mail:
“ si no envías esto a unos cuantos amigos, habrá menos gente riendo en este mundo”.
¿ Casualidad?, no lo creo. Más bien providencial, como suelen ser casi siempre todas aquellas cosas que, a modo de flash llegan hasta nosotros, nos sorprenden y vienen con pretensiones de enseñarnos algo.
Haré caso al mensaje y lo reenviaré a todos esos amigos a los que aprecio. Si como decía Bécquer, por una sonrisa, un cielo, cuanta más gente sonría, mejor y más cerca estará el cielo de este mundo en el que vívimos.
Pilar Martinez Fernandez.
domingo, 10 de octubre de 2010
El hombre de las pequeñas manos
Acostumbro a contar historias a partir de esas pequeñas cosas que ocurren a mi alrededor, ya lo sabeis. Es un defecto de escritora, supongo, pero lo cierto es que gracias a ese defecto me doy la oportunidad de ver cosas que sin llegar a ser extraordinarias, me dan una visión más panorámica de la vida; de tal manera que en la singularidad encuentro casi siempre mucho de lo que aprender. Asi pues, permitidme una vez más compartir otra historia con vosotros.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Como vasijas de barro
jueves, 26 de agosto de 2010
Aprendiendo de " El Principito"
Cuántas veces no nos ocurre a lo largo de nuestra vida que llega a nuestras manos algo que termina dependiendo de nosotros, de nuestro buen hacer y nos invade el temor de no afrontar con absoluta madurez y sensatez nuestro deber. Más de una, a menudo con animalillos que nos salen al paso como un gatito, un pajarillo caído del nido, un perro que nos sigue en la calle y nos da lástima dejarlo...y otras con algo mucho más comprometido como un hijo, un amigo, nuestros padres...
Cuando entramos en el plano de los sentimientos y establecemos una relación, se crea un vinculo tan importante que, efectivamente, somos responsables de aquellos que, en cierto modo, hemos domesticado, no dominado ni moldeado a nuestro antojo, sino metáforicamente hablando de aquellos que hemos conseguido atraer hacía nosotros para permanecer a nuestro lado, de tal manera que su bienestar entra a formar parte de nuestros desvelos.
El problema que suele amedrentar esa " responsabilidad", no es otro que nuestra propia torpeza a la hora de enfocar los sentimientos. La desmesura de protección en nombre del cariño, a menudo deriva en el exceso de celo, de tal manera que aprisiona la voluntad de ese " ser" que nos da la mano para estar junto a nosotros.
Nadie, en nombre del amor, del cariño, de los vinculos familiares o de la amistad, tiene el derecho a ejercer sobre otro ser la imposición. El verdadero cariño, quiere a pesar de, por encima de...acepta lo que tiene delante sin condiciones. Aquellas hermosas palabras que hemos escuchado todos de " querer sin límites".
Volviendo a " El Principito" cuando habla de " su rosa". Del mismo modo que el zorro le dice que es responsable de lo que ha domesticado, El Principito comprende que hay muchas rosas, pero ninguna es como su rosa, porque para él es única y diferente a todas las demás y la quiere, y ese sentimiento puro es lo que le hace sentirse responsable de ella para que siga siendo todo aquello que ve en la flor aunque existan otras semejantes a ella.
Ese es el sentimiento, ser únicos para quienes nos quieren, considerar únicos a quienes queremos, sentirnos responsables de ellos y del cariño sin querer cambiarlos por otros ideales o desecharlos por no ser como nosotros queremos.
Bien si somos zorros domesticados, rosas hermosas o Principitos con responsabilidades en nuestras manos, lo importante es saber que el amor sin límites es lo que mueve nuestras vidas.
Pilar Martinez Fernandez ( Septiembre 2010)
martes, 13 de julio de 2010
¿ Lógico o evidente?
jueves, 8 de julio de 2010
El canario que sabía iba a morir
jueves, 24 de junio de 2010
Cruzando puentes
Hace tiempo leí que en en el interior de cada uno de nosotros existen todos los puentes necesarios para ser cruzados en un momento preciso y llevarnos hacía nuestro destino.
Yo imagino que, si de verdad existen esos puentes en nuestro interior, en cada momento los cruzamos con la seguridad plena de que vamos hacía dónde debemos ir aunque al otro lado no sepamos muy bien qué es lo que no espera. Y, si es así, entonces también cabe creer que día a día caminamos por una senda necesaria hacía nuestro indefinido horizonte.
El debacle viene en el momento que se nos presentan encrucijadas en el camino, bifurcaciones que nos hacen dudar a la hora de tomar la decisión de seguir por un lado o por otro. Y, cuántas veces tambien no nos sucede que tomado un camino y un puente, sopesamos qué hubiera ocurrido de haber tomado otra dirección diferente.
Si creemos con absoluta fe que cada puente que cruzamos en nuestra vida es el que debíamos tomar así nos haya hecho dar algún que otro rodeo o sorteado diferentes desniveles, lo natural es tener también la certeza de que todos nuestros pasos han sido plenamente necesarios para llegar hasta donde estamos y al tiempo llevarnos aún más lejos.
Suele decirse que meta y camino son lo mismo y que no hace falta correr hacía ninguna parte. Tampoco importa el destino, sino que lo importante es el viaje. Quizá sí, o puede que también se haga necesario plantearse alguna meta, un destino mejor en nuestro discurrir por la vida, porque a menudo suele ocurrir que sentimos pasar nuestra vida por inercia, un somero discurrir cruzando un puentecillo trás otro sin más, anestesiados por la rutina y su desencanto. Un viaje al fin y al cabo pero sin interés alguno por la nula inquietud de sorprenderse ante lo que siempre espera a la otra orilla. Y es esa falta de inquietud, esa apatía la que nos anula el siempre anhelante proyecto de ser un poquito más felices que ayer o que antesdeayer.
Si de verdad, en nuestro interior, habita un arquitecto sublime capaz de levantar de un día para otro puentes para cruzarnos a diferentes orillas y seguir nuestra senda vital, creo que debemos darle los materiales necesarios para que sean sólidos, de piedra robusta y con buena argamasa, y no colgantes que pueden hacernos perder el equilibrio por su inestabilidad o en el peor de los casos inexistentes dejando únicamente delante un precipicio.
Esos materiales serán, entonces, fe en nosotros mismos, conocimiento pleno de nuestras capacidades, curiosidad, voluntad, ilusión, sentido del humor, esperanza, pero sobre todo un sentido auténtico de agradecimiento por tener días por delante para vivir. El regalo que siempre nos espera a la otra orilla del puente...
Y, si es así, debemos entonces creer que el puente que cruzamos es, efectivamente, sólido,con buenos materiales, no proclive a romperse a nuestro paso y hacernos caer a un precipicio o a una turbulenta corriente de un río.
Pilar Martinez Fernandez ( Junio 2010)
lunes, 21 de junio de 2010
En Portugal y otros lugares
Toda la tropa de " Pilarica Coros y Danzas" en una parada durante el viaje a Povoa de Varzim ( Portugal)
Aqui cuatro castellanas de secano pisando la playa. ¡ Como si no hubieramos visto nunca el mar¡....Estamos conquistando tierra Portuguesa Eva, Argentina, Armonía y yo.
Más abajo foto de familia en Oporto.
Y Nuevamente a pie del mar....disfrutando de su brisa, de sus olas y también haciendo el saludo al sol en la playa. En la foto, nuestra profesora Armonia a la derecha, seguida de Arancha, Yo misma, Mari Mar, Maria y Eva.
domingo, 20 de junio de 2010
La paloma coja
En un acera, picoteando esos minúsculos granitos de alimento que puede haber para un ave que habita en una ciudad, había una paloma. Su contoneo era singular. Parecía danzar más que caminar, daba saltitos con una pata al tiempo que giraba su cuerpecillo plumoso de color gris ceniza. De aquella observación curiosa de la paloma, finalmente se podía apreciar cúal era el motivo de su forma peculiar de moverse y caminar; en una de sus patas le faltaban esos tres dedos palmípedos sobre los que apoyarse. En su lugar había una terminación radical en forma de muñón que le quedaba justamente a ras del suelo. Apenas apoyaba el muñón de su pata, sólo un instante muy breve para girar y cambiar de dirección para seguir picoteando del suelo.
Al descubrir ese pequeño hallazgo inusual en la paloma, enseguida deduje que era una tara de nacimiento, un capricho de la naturaleza que de vez en cuando se manifiesta para poner a prueba a los seres vivos que crea con su bello poder.
Y me fijé aún más en ella y, cuanto más lo hacía, más me sorprendía verla moverse tan armoniosamente. Al principio pensé: - pobrecilla, que lástima. Luego fui cambiando el concepto. Pasé de sentir cierta lástima por ella a sentir en cierto modo admiración. Sé que admirar a una animalillo como si tuviera una personalidad concreta puede ser absurdo dado su sentido irracional, pero realmente me admiró esa paloma coja. Generalmente la naturaleza y su selección, a veces cruel, elimina a los seres débiles. Esa paloma al nacer así bien podría haber perecido, sin embargo, he aquí lo revelador de esta historia, supo superar su limitación, creciendo, volando y valiéndose por sí misma al tiempo que consiguió también encontrar su equilibrio a la hora de moverse y procurarse su propio alimento. ¿ Cómo lo consiguió?, podemos muy bien preguntarnos. Pues como se suele conseguir casi todo en esta vida que se nos presenta como un reto a superar; con férrea voluntad y sin rendirse ante la dificultad.
Así, muchas veces, podemos ser las personas; palomas cojas por una u otra razón. Algunas veces físicas, otras sentimentales, emocionales...siempre razones para nosotros muy poderosas que nos hacen caminar cojos, con bastones o en el peor de los casos paralíticos, entendiendo por paralíticos no a parapléjicos físicos, sino a los parapléjicos de alma.
Los genios, inventores, místicos, santos... aquellas personas que a lo largo de la historia consiguieron hacer con su vida una proyección elevada y ejemplar de su persona con sus acciones, lo hicieron superando sus propias cojeras, y lo hermoso de todo ello es que además consiguieron convertir sus cojeras personales en movimientos armoniosos, incluso bellos. Un ejemplo lo tenemos en Beethoveen; una sordera recalcitrante e incluso tormentosa para él mismo y sin embargo fue capaz de componer increíbles sinfonías.
Pues de estos ejemplos y teniendo cada cual sus propias taras, debemos fijarnos pues al fin y al cabo, la perfección es una quimera que de tanto perseguirla nos puede llegar a frustrar, sin embargo en la imperfección está el afán de superación, el valor, la supervivencia a la adversidad, nuestra resolución incluso ante nosotros mismos para descubrir nuestras capacidades.
Cuando dejé atrás con su contoneo a la paloma coja, lo hice pensando que acababa de ver algo que seguramente no volviera a ver en otra ocasión. Son visiones que ofrece lo cotidiano y que no siempre nos detenemos a observar. A menudo, aún teniendo el sentido de la vista pleno, caminamos ciegos, por eso agradezco tener tanta curiosidad, porque me hace recabar en detalles que siempre consiguen enseñarme algo.
La paloma coja me enseñó algo vital. Considerando que un pichón de paloma debe abandonar el nido y valerse por si misma antes de un mes, bien hubiera podido quebrar su vida en el momento de pisar el suelo o a los pocos días por su limitación de movimientos y su lentitud en comparación con sus congéneres a la hora de competir por el alimento del suelo, pero de alguna manera, consiguió hacerse su hueco y sobrevivir, y a juzgar por su buen aspecto, lo supo hacer bien.
Sin pensar en nadie, únicamente en mí misma, llegué a la conclusión de que muchas de mis “ cojeras” y “ muñones” pueden convertirse en listones que superar para demostrarme mis plenas capacidades y hacer algo más y sobre todo útil con mi vida. En mi caso no sólo alimentarme y sobrevivir igual que la paloma, sino además dar salida a esos dones y talentos que Dios me ha dado. Tal vez no lo consiga siempre, o me quede a medias, pero que duda cabe que teniendo vida, considero obligado “sobrevivir a mis cojeras”. Y, si pudo una paloma, puedo yo también, del mismo modo que lo puede conseguir cualquiera.
Pilar Martinez Fernandez. ( junio 2010)