Es una preguntas retórica, de esas que no se pueden contestar de forma literal, ni tampoco con certezas, es...¿ cómo decirlo?, una especie de metáfora lanzada al viento que toca sútilmente los pensamientos diversos...
Mañana, ¿ seguirá habiendo rosas?..., te lo vuelvo a preguntar con insistencia, como quien busca que le digas que sí, pero no es esa respuesta la que busco; no. Busco que pienses y observes a tu alrededor, las dos cosas al tiempo, o si lo prefieres, primero observa...luego, piensa. Piensa si te gusta lo que observas, si hay belleza en lo que ves, frescura, aroma, color...o, si por el contrario, ves cosas marchitas, empobrecidas, enrarecidas por la banalidad, o peor, inertes, sin que te digan absolutamente nada...
Yo, vendo flores; no cortadas, sino en maceta; primaveras, pensamientos, clavelinas, margaritas, rosas...y sólo cuando están en grado de primor, la gente las compra. Si las flores van marchitando quedando la planta únicamente verde, la gente no las quiere porque no tienen la certeza de qué flores y de qué color volverán a salir,
Esto es muy curioso; así las ponga más baratas, la gente no las compra. Y pienso que, a lo mejor, creen que intento venderles sólo hojas, una planta que quizá ya no vuelva a florecer más. No lo sé, creo que en el fondo, la mayoría no entiende el ciclo de la vida en sí misma.
Por eso,vuelvo a preguntarte sin intención de que me contestes, sólo que pienses. Piensa si crees sin ver, si ves sin mirar con los ojos, si tus ojos ven más allá de lo inmediato, si más allá crees que seguirá habiendo rosas de aterciopelada textura, o, por el contrario, no te preocupa demasiado porque en el fondo crees que de algún modo se puede vivir sin rosas.
Hoy existe entre nosotros el torpe concepto del gozo por lo inmediato al tiempo que lo consumimos vorázmente. Al día siguiente, hastiados por los excesos, consumidos por lo efímero, somos menos capaces de ver la belleza que brotará en días sucesivos. No es pues la vida lo que se agota, ni tampoco lo que ofrece, sino nuestra vista, nuestro gusto, nuestro olfato...nuestros cinco sentidos para percibir la vida misma.
Así pues, ante la pregunta: Mañana ¿ seguirá habiendo rosas?, piensa si por el camino, has perdido alguno de tus sentidos que te impida verlas, olerlas, tocarlas...esa y no otra, es la pregunta que debes hacerte, pues las rosas, como cuánto se puede percibir en esta vida, pueden o no ser prescindibles, eso sólo tú puedes determinarlo, pero nadie por tí puede descubrir la belleza, ni tampoco contartela...te corresponde a tí percibirla para embriagarte de ella. ´
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