martes, 3 de marzo de 2009

La carreta vacía


Una pequeña anécdota que hoy he vuelto a recordar. La leí en un libro hace tiempo pero no ha perdido su vigencia por el valor que trasmite: la humildad.
La carreta vacía
Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta.Eso es… dijo mi padre. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerda que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Y que nadie está más vacío que aquel que solamente está lleno de sí mismo.
Autor: Desconocido

No hay comentarios:

Publicar un comentario